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Textos de cultivo por Franco


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Trucos de Franco sobre floración en interior.

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La floración es una de las fases más satisfactorias de cualquier cultivo porque el progreso hacia la cosecha puede ser visto, tocado, olido. Las plantas están ahora desarrollando racimos florales y hay varios factores que pueden garantizar éxito en calidad y cantidad.

Dentro y fuera, el objetivo es que as plantas se sientan bien sobre las condiciones, el ambiente y el cultivador. Cuando trabajamos dentro es importante notar que cada uno de los factores dependen del cultivador, no debería haber nada librado al azar. Las condiciones de clima ideal para florecer con las lámparas prendidas son a una temperaturas de 25 a 30 grados, y una humedad relativa entre 40% y 55%. Cuando las lámparas se apagan es normal que la temperatura baje a 20-22 grados, mientras que la humedad relativa trepe alrededor del 60%. Si la diferencia de temperatura es mayor a 8-10 grados entre el día y la noche, existe el riesgo de que el metabolismo de las plantas se ralentice. La humedad relativa debe estar por debajo del 70% para evitar la aparición de hongos en el cultivo. Una buena forma de hacer frente a las temperaturas diurnas es prender las lámparas de forma opuesta a la luz del día. De esta forma la máxima del cuarto se mantendrá más baja, pero la desventaja de este sistema es que la diferencia entre las temperaturas del día y la noche serán reducidas a un mínimo, y esto a veces puede traer problemas por que las plantas realmente se benefician de la diferencia de 8-10 grados entre la temperatura del día y la de la noche. Sin embargo, es mejor sacrificar la diferencia de temperatura día-noche, que terminar con temperaturas sobre los 35 grados durante el día.

El aire acondicionado es una opción muy cara y muy poco amigable con el medio ambiente, pero a veces es la única para cultivadores en países cálidos. Los beneficios son aire fresco y efecto secante al mismo tiempo, ideal durante la floración. Vale notar que a las plantas no les gusta el aire acondicionado directamente soplando sobre ellas, es mucho mejor direccionar el flujo del aire hacia el techo, de donde se precipitará, dejando al aire más calido que trepe. De esta forma la difusión de aire fresco y seco, es uniforme en el cuarto y no directo a las plantas.

Una vez que el clima está perfectamente bajo control, vale la pena dedicar algo de energía en optimizar la toma de fertilizante. Durante la floración las plantas usan mayormente P, K y micronutrientes para la producción de cogollos y resina. La toma de N, es todavía importante durante las primeras semanas de la floración, pero más tarde debe decrecer, o los cogollos se llenaran de hojas y la relación cáliz-hoja disminuirá dramáticamente, creando problemas también para manicurar. Solo con sativas de floración extremadamente larga, la toma de N puede ser mantenida un poco más, para evitar el amarillamiento prematuro de las hojas. Para permitir a las plantas lentamente tomar menos N y más P, K y micros, el pH de la solución nutriente debe estar sobre 6.0 luego del comienzo de la floración, idealmente subiendo lentamente entre 6.2 y 6.6 en tierra y subiendo lentamente entre 5.9 y 6.3 en hidroponía, dependiendo de la variedad y el estadio de la floración. La regla del sentido común aquí es, que cuanto más larga floración tenga una variedad, más alto el pH debe ser al final del proceso de floración; con sativas de 12 semanas, el pH trepará a 6.9 o 7.0 al final de la floración. Los micronutrientes más importantes (Mg, Ca, Zn, Fe) son también asimilados mejor si el pH esta por encima de 6.0 y estos son realmente importantes para la formación de terpenos, cannabinoides y resina.

La mejor forma de asegurarse que las plantas toman los nutrientes es si las plantas están hambrientas y sedientas. Lo mejor es crear un ciclo seco-húmedo del sustrato, donde el seco permita suficiente acceso de aire a las raíces y el húmedo suficiente solución de riego para ser absorbida. La cosa menos les gusta a las plantas de cannabis en floración es un sustrato constantemente húmedo.

Aparte del ciclo normal de regado, es importante también limpiar el sustrato regularmente para eliminar el exceso de sales. Esto puede ser realizado con una solución ligera con pH de 5.5 y EC de 1.0, para que las sales puedan pegarse al bajo contenido de minerales en la solución y disolverse. El limpiado debería estar integrado en el ciclo de regado y luego de la limpieza debe permitírsele al sustrato secarse apropiadamente antes de fertilizar nuevamente.

Una vez que la fertilización ha sido optimizada, es bueno encargarse de los otros factores que afectan un cultivo exitoso. Entre ellos, apuntalar las flores y optimizar la pre-cosecha y la cosecha. Tras 4 semanas de floración las plantas usualmente han desarrollado suficientes cogollos para empezar a ponerse pesadas, así que es recomendable apuntalar las ramas con algún sistema (varas de bambú, bandas elásticas, yoyos, o cualquier sistema que prevenga a las ramas de colapsar bajo el peso de los racimos florales). Dependiendo de la variedad, el soporte puede ser un problema de importancia o marginal. Las grandes sativas usualmente necesitan de un mayor soporte.

La pre-cosecha, consiste en remover la mayoría de las grandes hojas de la planta en los últimos días del ciclo de floración, antes de cortarlas para manicurarlas y secarlas. La pre-cosecha ayuda a reducir la cantidad de material verde (agua y clorofila) en la cosecha. Una vez que las hojas grandes (las que no tienen resina) han sido removidas, las plantas reducen la fotosíntesis y producen menos almidón. Esto da pie a hierba más dulce y que arde mejor y hace todo el proceso de cosechado más fácil y rápido.

En conclusión, está en el cultivador el identificar los puntos más débiles del cultivo y mejorar desde ahí. La curiosidad y el deseo de mejorar son los factores clave para un “dedo verde”. Durante la floración, mucho puede ser realizado para asegurar una gran cosecha; y todo vale la pena.

Franco.

Green House Seed Co.

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Trucos de Franco sobre control de plagas y enfermedades en interior.

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La mayor causa de fallo en operaciones de cultivos de interior, pequeños o grandes, probablemente sean las plagas. Trabajar en un ambiente limpio y aplicar estrictas y lógicas reglas son las únicas formas de prevenir que pestes y enfermedades dañen tu cosecha. Pero a veces inclusive con muchas precauciones se hace necesario luchar con el problema. Prevención y cura son dos expresiones de la misma filosofía: monitorear cuidadosamente tu cultivo para prevenir problemas, o hacer frente a los existentes lo suficientemente rápido y de forma efectiva.

La prevención comienza con la esterilización del cuarto de cultivo antes de poner ninguna planta dentro. La mejor forma de esterilizar un cuarto de cultivo es usar peróxido de hidrógeno (H2O2-35%) diluido 1/10 en agua. Con esta mezcla es posible pulverizar todo el cuarto con las lámparas apagadas, incluido todo el equipamiento dentro (contenedores, mesas, baldes, controladores, ventiladores, redes, varas de bambú…). Cuando pulverices, usa la necesaria protección (máscara, gafas, traje con protección para la cabeza) y luego de pulverizar, espera hasta que este todo perfectamente seco antes de prender cualquier aparato eléctrico. Las luces y la ventilación deben ser prendidas por 12 horas antes de poner las plantas dentro. El cuarto esterilizado es sólo un buen comienzo. Luego de eso viene el plan de prevención. Trata de utilizar sustratos esterilizados (o pasteurizados) ya que el compost puramente orgánico puede contener muchos bichos y es más indicado para cultivar en exterior, pero una pesadilla para trabajar en interior. La ventilación debería tomar aire de una toma con filtro (la mayoría de los ácaros y otros bichos entran a los cuartos a través de la entrada de la ventilación).

Cuando traemos plantas adentro, lo mejor es asegurarse de que las plantas que son introducidas en el cuarto no portan ninguna enfermedad ya (si comenzamos con esquejes) o que están libres de patógenos (si comenzamos con semillas). Desafortunadamente esto es raramente posible ya que la fuente de la cual provienen las plantas o semillas no provee de ninguna certificación. Así que es común el caso de que las plantas en si mismo traigan algún problema ya. Como un paso preventivo, todas las plantas jóvenes del cuarto deben ser tratadas con 3 sesiones de Vertimec (o equivalente) spray, (producido por Bayer o Syngenta en Europa) a la mitad de la dosificación normal (1ml.por cada 5 lts. de agua). Vertimec puede ser pulverizado cada 5 días así que en 10 días es posible tratar las plantas 3 veces y asegurarnos de que todo huevo de araña roja u otros bichos son eliminados en el lugar. Es eficaz con la mayoría de todos los bichos y ataca los huevos también. Los componentes activos en Vermitec se rompen con la exposición a la luz y desaparecen totalmente luego de 15-20 días del último tratamiento. Por esta razón, Vermitec solo debería ser usado durante el crecimiento vegetativo y evitado en plantas que están floreciendo, especialmente después de que los cogollos forman resina.

Los peligros más comunes para las plantas son los bichos y los hongos. Una vez que las plantas han terminado su crecimiento vegetativo y se tornan en floración, son más atractivas para los bichos. Además el sustrato se está poniendo viejo y menos aire llega a las raíces. En este estadio, monitorear las plantas frecuentemente, es la única forma de prevenir problemas. Los cultivadores experimentados, rotan sus plantas dentro del cuarto de cultivo periódicamente, para tener la posibilidad de controlar cada planta individualmente y evitar el dejar plantas abandonadas y sin controlar en un rincón. Si las plantas son cultivadas en sustratos fijos (slabs, cubos de lana de roca, aquafarms o similares),son imposibles de mover, pero esto no debería ser una excusa para no controlar regularmente. Cuando miramos por problemas, lo mejor es empezar por el medio y el sistema radicular.

Las raíces deben estar blancas y peludas, si se tornan amarillas y amarronadas estén posiblemente pudriéndose o tengan una infección fúngica. Esto muy posiblemente se deba a un exceso de riego o por falta de aire en el sistema radicular. El sustrato nunca debería oler a podrido (al menos que se use un fertilizante orgánico especial) y debe estar libre de bichos. Las moscas del mantillo son comunes sobre la superficie del sustrato incluso en ambientes saludables, pero si están presentes en grandes números, puede ser que la superficie del sustrato esté formando una costra (esto debe ser evitado, de otra forma la transpiración será principalmente afectada.

Luego de controlar el sistema radicular es bueno echar una mirada a la parte baja del tallo, asegurándonos de que esté libre de pequeñas ramas y hojas que estén tocando el suelo. Cuando esto pasa, las hojas tienden a quebrarse y pudrirse, creando un camino de entrada para hongos y enfermedades.

Cuando controlemos por la presencia de bichos y pestes, es bueno mirar el envés de las hojas más viejas de la planta y en los tallos. Mira por los bichos más comunes: hormiga, mosca blanca, pulgones, cochinillas, ácaros. Y por las enfermedades mas comunes: Algae, Oidio ,Botrytis y enfermedad de hojas moteadas. Para el Algae lo mejor que hay es privarlos de la luz (cubrir la superficie del sustrato), mientras que el Oidio puede ser tratado orgánicamente con vinagre o aceite de canela.

Para la Botrytis es necesario usar un funguicida, o producto especifico, pero una vez que aparece es prácticamente imposible deshacerse de el, así que realmente es un asunto de prevención (controlar la humedad del cuarto y los riegos es el primer paso). Cada una de estas enfermedades o plagas tienen un modo apropiado de ser tratadas, pero el factor más importantes es detectar el problema a tiempo, tomar acción inmediata, monitorear el éxito del proceso, y evaluar las consecuencias para no tener ninguna mala sorpresa.

Por toda la Internet hoy en día es posible encontrar exacta información sobre plagas y enfermedades, así que solo se trata de aplicar el sentido común y vigilar. Y estos principios van bien con cualquier aspecto de cultivar cannabis.

Franco.

Green House Seed Co.

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Trucos de Franco sobre la caza de variedades autóctonas (strainhunting)

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Los Cazadores de variedades (Strain Hunters) son gente que no puede dejar de buscar el mejor cannabis, donde sea que vallan. Luego de haber pasado varios años viajando con esta exacta intención, pienso que ha llegado la hora de compartir unos pocos secretos y trucos que pueden hacer la diferencia entre tener éxito o fallar.

Comencé a cazar variedades como un hobby, sin siquiera darme cuenta de que lo estaba haciendo, cuando empecé a viajar solo, a los 17 años. En ese entonces era solo un turista buscando buenos cogollos, como muchos otros. Pero me doy cuenta ahora que mi interés por los aspectos sociales, religiosos, recreacionales y biológicos relacionados al cannabis en distintas configuraciones, era un claro signo de mi pasión por la caza de variedades. Empecé a coleccionar semillas de mis viajes, y mi curiosidad siguió creciendo.

Luego comencé a trabajar con Arjan y el, ya estaba ocupado hacia largo tiempo en la caza de variedades. Su colección de genéticas autóctonas era de lo más impresionante, y desde ese momento nuestra pasión en común ha dado pie a muchos viajes, y mucha caza de variedades. Hoy la caza de variedades es un fenómeno mundial gracias a Internet y la TV.

Al arribar a un país con la intención de descubrir variedades de cannabis y plantas autóctonas, siempre es una buena idea tener buenos contactos locales en el lugar. Esto, no es siempre posible, por supuesto, pero cuando mayor es la preparación para crear vínculos, mayores las posibilidades de ir por buen camino inmediatamente. Es importante leer las noticias locales para comprender el nivel de persecución que las autoridades están aplicando en la zona, siendo capases de elegir las áreas correctas y evitar sorpresas desagradables. Una ves que el contacto con los granjeros se ha hecho, es bueno ir a los campos con guías locales bien reputados. Siempre es interesante hablar con granjeros de diferentes áreas para entender como trabajan y por qué. Idealmente, lo mejor es planear 2 viajes al mismo país, el primero durante la temporada de plantación para crear buenos vínculos y la segunda, justo antes de que la temporada de cosecha comience, para poder recolectar semillas y poder obtener buenas fotos y material fílmico.

Usualmente los cazadores buscan variedades autóctonas originales, esas variedades que se han reproducido de forma endogámica, en el mismo lugar, por un largo periodo de tiempo con muy poca intervención externa. La mayoría de las veces este tipo de plantaciones están ubicadas en las zonas más rurales y menos turísticas de países del tercer mundo, y requiere una gran dosis de energía y de deseo llegar a ellas. Pero las plantas autóctonas reales se están volviendo cada vez mas raras, porque los viajeros muchas veces intercambian genéticas de cannabis y los cultivadores locales tratan de conseguir variedades famosas de alta calidad para ganar más dinero en el mercado negro. Así que inclusive en países que han tenido variedades autóctonas por siglos ahora han comenzado a producir a pequeña escala variedades populares de alta calidad Americanas o Europeas. En Sudáfrica, Jamaica, México y Tailandia, los cultivadores locales están tratando de obtener variedades ganadoras de copas cannabicas cuyos nombres son citados por los turistas provenientes de los cuarto rincones del globo.

Para poder identificar la historia de un variedad en un área determinada, lo mejor es siempre preguntarle a la gente anciana, ya que usualmente ellos tienen más información y experiencia. Los cultivadores jóvenes tienden a ser más propensos a cruzar sus cosechas o cultivar genéticas importadas. Los cultivadores de la vieja escuela también tienden a implementar técnicas agrícolas de la vieja escuela, y tienden a guardar viejas semillas como resguardo.

Dependiendo en el nivel de ilegalidad, corrupción y persecución de cada país individual, es recomendable tener algo de dinero en la mano todo el tiempo, y saber los números de las embajadas y consulados locales. Pueden resultar útiles en el momento menos esperado.

La caza de variedades es divertida y ayuda mucho a la causa cannabica. Cuanta más gente valla de caza, mayor es la posibilidad de preservar las variedades autóctonas para futuras generaciones.

Franco.

Green House Seed Co.

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Trucos de Franco sobre la crianza de tus propias variedades.

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Largo tiempo atrás comencé a fumar cannabis, luego poco después comencé a cultivarlo. Y ahí fue cuando me di cuenta, como muchos lo hacen en ese estadio, la simple verdad de que la crianza es al cultivo lo que conducir es al caminar. Desde que comencé a cultivar allá por 1989, comencé a soñar con criar mis propias variedades. Y gracias a Arjan y mi trabajo en Green House Seeds Company, ese sueño un día se volvió realidad. Ahora quiero compartir unos pocos secretos acerca de este arte mágico, una ciencia que va más allá de la información medible hacia el reino de los sentimientos, la percepción y el sexto sentido.

La crianza es el proceso de crear y estabilizar nuevas variedades, y todo comienza por conseguir buena genética con la cual comenzar. Hay muchas formas de crianza, desde la simple selección de rasgos todo el camino hasta el perfilado de terpenos, cannabinoides y ADN. Pero los principios básicos son los mismos. Para el criador casero, el punto está en conseguir buena genética para comenzar, cruzarlas y luego seleccionarlas hasta que el rasgo deseado se encuentra. Luego de esto el paso más difícil, es el de lograr un variedad estable a través de la reproducción de los individuos seleccionados.

El material para comenzar la crianza debería ser cualquiera con grandes cualidades y que sean fáciles de identificar. Si es posible, es mejor usar semillas regulares para la crianza casera, pero es posible también hacerlo con feminizadas, aunque requiere más selección. La crianza debe apuntar a un solo rasgo o número seleccionado de rasgos. Cuando más grande el número, más alto el riesgo de pasar por alto algo en el proceso. La regla del sentido común es: mantenlo lo más simple posible.

Hay muchas formas de hacer crianza casera: algunos lo hacen por la resina, otros por el sabor, otros por la producción. Algunos lo hacen por más de un rasgo, en dicho caso es mejor seleccionar y criar por un rasgo a la vez. Por ejemplo, si quisiera tomar la Super Lemon Haze y cruzarla con una súper indica de producción alta para ganar en peso sin perder el típico sabor a limón, la mejor forma sería cruzar las dos, luego seleccionar por la producción, estabilizar ese rasgo, y luego buscar por el sabor especifico.

La estabilización puede ser realizada por la técnica de retro cruce, donde individuos seleccionados por rasgos deseados son retro cruzados con el parental original que posee el mismo rasgo similar. Por ejemplo, si una Super Lemon Haze es cruzada con una White Rhino para incrementar la producción mientras que mantenemos la esencia del limón, la descendencia que es más productiva, será retro cruzada con la Super Lemon Haze para aumentar el sabor a limón.

El proceso de estabilización de un cruce seleccionado es más complicado, requiriendo un gran espacio para checkear un gran número de individuos, y este es el motivo por el cual solo unas pocas compañías de semillas estabilizan sus variedades. Plantar un cultivo de semillas de híbridos F1 para seleccionar individuos portadores de un rasgo deseado es una cosa. Retro cruzar muchos individuos seleccionados para estabilizar una línea es otra cosa. Se requiere espacio, para poder verificar toda la gama de combinaciones genéticas posibles de la población (con el cannabis esto significa plantar más de 10000 unidades de F1 para encontrar unos pocos individuos portadores de la expresión de los rasgos deseados, y luego usarlos para retro cruzar con los parentales originales).

Dependiendo de la variedad y el cruce, es necesario retro cruzar de 3 a 6 generaciones antes que una verdadera uniformidad sea alcanzada. En el caso de sativas extremas, por ejemplo, es necesario ir a través de muchas generaciones antes de que cualquier uniformidad sea alcanzada, mientras que con las indicas esa tarea es un poco mas sencilla. Lo que hace la diferencia también es el grado de uniformidad que se desee: especialmente para las sativas, es usualmente mucho más provechoso dejar que los fenotipos se manifiesten por si mismos, para que los cultivadores puedan seleccionar aquellos que se adecuen mejor para sus necesidades. Con variedades más comerciales, es usualmente más apreciado cuando las plantas son muy uniformes, para garantizar un producto uniforme.

El punto de la crianza casera es que es raramente posible plantar la suficiente descendencia para realmente representar la población. Debido a que se usa un número reducido de plantas, encontrar un individuo excepcional se convierte también en un asunto de buena suerte y, en parte, “dedo verde”, o sexto sentido.

No nos olvidemos que muchas variedades campeonas, nacieron como simples anomalías en una vasta selección de individuos. Esto es lo que exactamente sucedió con la Cheese en el Reino Unido.

No importa cuan pequeña sea la operación de crianza casera, en mi opinión es la más interesante, divertida y gratificante forma de cultivar cannabis. Creando nuevos sabores y nuevos tipos de plantas mezclando la reserva genética, mantiene la creación de diversidad, y más que nada mantiene el incremento de semillas que circulan entre los fumadores y cultivadores. En pocas palabras: es la mejor forma de seguir luchando por la causa del cannabis.

Franco.

Green House Seed Co.

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Trucos de Franco sobre el secado y curado de tu cosecha.

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La cosecha es el momento culminante de todos los esfuerzos hechos durante meses de cultivación. Una vez que la cosecha ha sido realizada, es tiempo de secar y curar los cogollos para maximizar el sabor y la potencia. El secado y el curado son un delicado balance de factores, que deben ser monitoreados todo el tiempo para asegurar el suceso. El secado es la parte más sencilla, mientras que el curado requiere algo de experiencia y unas condiciones muy controladas. Hay dos formas básicas de secado: el manicurado y el no manicurado. Y hay dos formas básicas de curado: el hermético y no hermético. Que sistema es adoptado depende mayormente en el propósito de la cosecha: los cultivadores comerciales usualmente manicuran los cogollos húmedos, y luego secan por un corto período, para minimizar riesgos e incrementar productividad al acortar el tiempo total de la cosecha. Por otro lado la gente que cultiva para uso personal tratará de maximizar la calidad y secará y curará los cogollos hasta que el máximo sabor y efecto sean alcanzados.

Vamos a examinar ahora cada opción en detalle:

La manicura húmeda- esta técnica tiene muchas ventajas: es más fácil y rápido manicurar cogollos mientras están todavía húmedos, debido a que las hojas no están colgando y la resina es más pegajosa y no se cae. Por otra parte esta técnica permite un secado más rápido porque los jugos de la planta están expuestos por las hojas rotas; sin embargo la clorofila no se deshace del todo con este método, y el producto final puede ser un poco más amargo. El manicurado húmedo puede ser hecho manualmente (con los dedos o usando tijeras)o con una máquina. Hoy en día hay muchas opciones para manicurar con máquinas, cada una de ellas perfecta para distintos setups. Grandes operaciones requerirán grandes sistemas de cuchillas rotatorias que puedan manejar cantidad, mientras que pequeñas operaciones pueden ser bien realizadas con pequeñas maquinas cortadoras que procesan rama por rama.

Cuando manicuramos en húmedo, asegúrate que las herramientas se mantienen limpias aplicando una pequeña cantidad de aceite comestible al las cuchillas y a todas las partes metálicas que están en contacto con la resina. La manicura húmeda favorece la potencia sobre el sabor.

La manicura en seco- esta técnica es preferida por algunos cultivadores porque el secado es mas lento y suave, permitiendo que más clorofila se degrade y evapore con el agua. Sin embargo hay una desventaja con la manicura en seco: la resina tiende a desprenderse de los cogollos cuando las hojas secas son rotas y removidas. La manicura en seco prioriza el sabor sobre la potencia.

Cualquiera que sea el método usado, el propósito del secado es llevar a los cogollos a un contenido de agua de 12-15% lo más lentamente que sea posible. Si el contenido de agua baja del 12% los cogollos serán muy secos y quemarán muy rápido, resultando en una fumada áspera. Si demasiada agua es dejada dentro de los cogollos, estos quemarán pobremente, el sabor será verde y amargo. También el factor cosmético es afectado por el contenido del agua: el cogollo perfecto es crujiente, y se rompe fácilmente pero no se pulveriza.

Una vez que los cogollos están casi secos, es tiempo para los conocedores de ir al próximo paso: el curado.

El curado puede ser realizado en una variedad de formas, pero todas ellas siguen dos principios básicos: herméticos o no herméticos. El curado significa permitir la última parte del secado lentamente. Básicamente implica un proceso de fermentación lenta, con un poco de oxidación. El THC se degradará en otros cannabinoides, permitiendo un más profundo, duradero y más físico efecto. Los terpenos se mezclarán e incrementaran sabor y olor.

Examinemos ahora cada opción de curado en detalle:

Curado hermético- Los cogollos que son curados en un ambiente hermético deben estar bastante secos para comenzar (alrededor de 12-15%) y deben ser puestos directamente en un bote de cristal.

Deja que el bote esté lleno, pero no prenses los cogollos demasiado, solo levemente. Cierra el bote y déjalo descansar en un lugar obscuro, a temperatura constante alrededor de 16-18 grados y baja humedad relativa (entre 40 y 55%). Cada semana más o menos abre el bote y déjalo respirar por 30 minutos a una hora. Repite por varias semanas, hasta que el producto esté curado. Prueba los cogollos en varios estadios para ver cual te gusta más, esto es realmente un tema de gusto personal. Cuanto más cures, más potente y fuerte el sabor será, con un curado máximo de 6-8 meses.

Curado no hermético- Esta es la mejor forma de curar grandes cosechas. Involucra el poner los cogollos en cajas de cartón, con unos pocos hoyos para el aire a través de los lados. Los cogollos pueden estar ligeramente prensados, para que la resina se rompa un poco. Pon las cajas en un ambiente con el clima controlado (temperatura alrededor de 16 grados, humedad relativa alrededor de 45-50%) y monitorea cada semana. El curado con este sistema es más rápido y produce mayor oxidación, así que es recomendable curar por 2-4 meses.

Otra manera alternativa de curar es en armarios, o en cajas de cedro, o en humidores para cigarros. Algunas tribus africanas en Malawi y Zambia, inclusive curan los cogollos bajo tierra. Esto puede ser intentado pero es muy difícil. La tierra tiene que estar muy seca y deben ser puestos en una bolsa de cuero muy fina, o en las entrañas secas de un animal grande.

Curar cogollos es la llave a un único sabor y efecto “connoisseur”, y nunca debería ser desestimado. El mejor cogollo puede convertirse en común si se seca muy rápido, mientras que la mayoría de los cogollos comunes pueden convertirse en una delicadez si se curan apropiadamente.

Franco.

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Trucos de Franco sobre el pH.

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Hay muchas formas de cultivar buen cannabis; el camino que cada cultivador toma depende del conocimiento, experiencias y filosofía. Aquellos que se atreven a aventurarse fuera del camino marcado, y se mantienen curiosos acerca de nuevas posibilidades, usualmente terminan convirtiéndose en buenos cultivadores. Al probar nuevos sistemas, nuevos medios, nuevos fertilizantes y nuevas genéticas, los cultivadores pueden mejorar la calidad y cantidad de sus resultados. Debido al estatus ilegal de la planta, ha habido relativamente poca investigación científica sobre como cultivar cannabis. Por otro lado, ha habido abundancia de experiencia práctica, ya que el cannabis es una de las plantas más cultivadas en la tierra. La prueba y el error ha sido la forma tradicional de aprendizaje para la gran mayoría de cultivadores, y solo en años recientes, gracias a Internet y a los baratos viajes aéreos, la comunidad cannabica ha sido capaz de vincular e intercambiar información, datos y genética a un paso sin precedentes. Esto ha resultado en una explosión de la industria del cannabis en general. Tierra, hidroponía, fibra de coco, aeroponia, fertilización orgánica, fertilización sintética; cada sistema tiene lados positivos y negativos, y cada uno puede resultar en buen cannabis, si se realizan apropiadamente.

De todos los factores que determinan una cosecha exitosa los más importantes son: aire, luz y comida. Y para la asimilación de comida, los niveles del pH son cruciales para resultados óptimos. Una pequeña minoría de cultivadores tienen operaciones completamente orgánicas (significando que usan tierra recolectada de bosques, usan predadores para el control de pestes, y hacen su propio compost exclusivamente de comida orgánicamente producida) donde el control del pH del agua de riego debe ser hecho exclusivamente usando zumo de limón (para bajar el pH) o piedra caliza (para subir el pH).

Pero la mayoría de cultivadores usa alguna forma de fertilizante sintético, así que no tienen problema de utilizar ácido nítrico o ácido fosfórico para bajar el pH de la solución de riego, y carbonato de calcio para subirlo. La mayoría de los cultivadores necesitan bajar el pH en sus soluciones de riego; es realmente raro tener que subirlo. La diferencia está en el estadio de desarrollo del cultivo. Durante el crecimiento vegetativo, el ácido nítrico funciona mejor, mientras que durante el período de floración el ácido fosfórico es el más indicado. Esto se debe a la adhesión que se produce con el Nitrógeno o el Fósforo ya presentes en la comida.

Pero la pregunta siempre recurrente es: Cuál es el pH correcto?

La respuesta es simple, así y todo complicada. La parte fácil es: los niveles seguros están en cualquier punto entre 5.5 y 7.0. El cannabis puede asimilar exitosamente la mayoría de los nutrientes necesarios cuando el pH se encuentra entre estos niveles, especialmente si todos los otros parámetros importantes (aire, luz, frecuencia de riego) están al 100%. Por supuesto para optimizar la calidad y la cantidad es recomendado mantener el pH alrededor de 5.5-6.0 durante el crecimiento vegetativo, e incrementarlo a 6.1-6.5 durante la floración. De ésta forma el Nitrógeno es absorbido mejor durante el periodo vegetativo, y el Fósforo, Potasio y los microelementos son mejor absorbidos durante la floración.

Debido a las diferentes condiciones y niveles óptimos, vale la pena examinar algunas situaciones típicas .

En el caso de cultivos de guerrilla en exterior, es difícil controlar el pH de la tierra. Lo mejor es asegurarse que la tierra no contiene demasiada arcilla. Por lo que queda, el único control es tratar de balancear bien la solución de riego. Lo mejor en estas condiciones es comenzar a pH 5.5 y luego moverse a 6.5 durante la floración, y hasta 7.0 durante el final del cultivo. Un pH elevado reducirá la chance de la pudrición de las raíces y el desarrollo de hongos. En el interior, realmente depende del substrato y la variedades.

En tierra, con la mayoría de las variedades indicas, es mejor empezar a 5.8 durante el período vegetativo, moverse a 6.2 durante la floración, y terminar en 6.4 en la cosecha. Con variedades más sativas es recomendable comenzar a 5.8 y luego suavemente ir subiendo hasta 6.8 al final de la floración. En hidroponía, el truco es recordar que el pH del medio tiende a saltar muy alto muy rápido. Por lo tanto, lo mejor es estabilizar el pH del medio a 5.5 antes de comenzar el ciclo de crecimiento, y mantenerlo ligeramente más bajo de lo que lo haríamos en tierra. La floración puede ser realizada a 5.8-6.0, y el final de la floración debería ser realizado a 6.2-6.3 para las indicas, y 6.4-6.5 para las sativas.

En fibra de coco el juego es similar a la hidroponía, mientras que en aeroponia el pH debe ser estabilizado entre 5.5 (crecimiento) y 6.5 (floración) para una asimilación perfecta.

Ajustar el pH en los niveles correctos asegurará que inclusive los microelementos son absorbidos apropiadamente, lo que acelerará la producción de resina. También asegurará que las plantas se mantengan verdes bien avanzada la floración, garantizando la máxima superficie disponible para la fotosíntesis cuando los cogollos se están desarrollando.

Durante mi carrera como cultivador, criador y productor de semillas me he reunido con muchos cultivadores que fueron capaces de obtener los productos mas finos sin controlar el pH de sus soluciones nutritivas. Pero fueron casos de serios naturalmente nacidos “dedos verdes”. La gran mayoría de cultivadores se benefician del control del pH y de la aplicación de la teoría a la práctica, mientras recordamos que siempre es útil el experimentar y afinar los valores para ajustarse a la genética y el ambiente en particular.

Franco.

Green House Seed Co.

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